Cuando se presentan ante-proyectos, uno como publicista se ve en la necesidad de llevar a la práctica todo aquello que sea afín al proceso de aguardar con paciencia a que las decisiones de aprobación, cambios o negaciones se den.
Esta es una acción que se aprende con el transcurrir del tiempo que va forjando aún más la experiencia con la que estamos imbuidos a diario.
Un misterio que se desarrolla en las oficinas de nuestros clientes hasta que el personal encargado de tal función, llega a consolidar una opinión unánime.
¿1 semana?
¿2 semanas?
Quizás hasta más.
Repican los teléfonos, los tiempos en agenda apremian, una preferencia por un color, la estética, el presupuesto y la disponibilidad de afrontarlo; son parte del entretejido que precede a la comunicación que define.
Corre el tiempo.
Studio H Abstracta.